domingo, 8 de julio de 2012

Curt, o gran divulgador

José Curt Martínez merece sen dúbida unha mención moi especial cando falamos dos primeiros divulgadores da natureza en Galicia. Aínda que non é galego de nacemento el considérase coma un galego máis. Entre finais dos anos cincuenta e principios dos oitenta botou case vinte anos na nosa terra (en dúas épocas distintas). É un escritor prolífico de libros e artigos periodísticos, tendo recibido numerosos premios, como o "Periodismo ciudad de Pontevedra" (1978), o "Félix Rodríguez de la Fuente" (1981) e outros máis. O seu grande coñecemento antropolóxico das nosas xentes quedou reflexado en libros como "31 Galegos e pico".

Pero foi en temas da natureza onde destacou nunha época na que a súa divulgación estaba aínda nos seus inicios, sendo contemporáneo do gran Félix Rodríguez de la Fuente, a quen coñeceu.


Cazador da vella escola, pouco a pouco foi involucrándose máis no estudo e defensa da nosa fauna e flora, o que lle levou finalmente a cursar a carreira de Bioloxía (el xa era perito agrónomo). É ademáis membro destacado da SGHN e da SEO/BirdLife, e foi tamén presidente da primeira xunta reitora do Parque Natural das Illas Cíes.

Algúns dos seus libros, como "Galicia viva", "Más allá de la corredoira" ou "Esos anfibios y reptiles gallegos" (con Pedro Galán) marcaron a toda unha xeración de novos naturalistas galegos. A súa deliciosa maneira de escribir (con numerosos toques de humor, non exento de sorna e acidez) fixo que se lle denominase o Gerald Durrell español. Desde logo similitudes non faltan entre ambos. 

No pasado mes de Abril, José Curt visitou Galicia durante tres días, onde volveu a pisar lugares coñecidos de antano, como a lagoa da Frouxeira ou a Terra Chá. Aproveitamos a sorte que temos de contar coa súa amizade para facerlle unha pequena entrevista, aínda que a súa vida daría seguramente para cubrir cen entrevistas.



P - A xente coma nós, máis ou menos nova, dámonos conta das enormes transformacións que sofreu a natureza galega desde os nosos inicios. Tanto a nivel paixasístico como cambios de fauna e flora. Desde a túa perspectiva, moito maior no tempo, ¿qué cambios te chaman máis a atención?

R- Principalmente la masificación de Galicia. Por ejemplo, desde Pontevedra al Grove está todo urbanizado, prácticamente. Lo mismo he observado en los alrededores de A Coruña, Santiago y Ferrol. Hace un par de años pasé unos días en Foz y hubiese sido incapaz de reconocerlo si no fuese porque el cartel de la carretera ponía “Foz”. La sensación es que Galicia se ha ido quedando pequeña y que la costa empieza a estar saturada. Las ciudades han crecido periféricamente de un modo desordenado y multitudinario. Son las dos caras de la misma moneda, por una parte el más alto nivel de vida conquistado en el último medio siglo, y por otra lo que podríamos llamar “urbanización del campo”, en cierto modo un contrasentido que debemos aceptar porque en caso contrario sería volver a la Galicia pobre, muy pobre, que también he conocido. 

P- Imaxino a túa época e penso na falta de redes viarias e o complicado dos desprazamentos, a posible incomprensión entre a xente que vos vía pasar polas aldeas, nos problemas á hora de conseguir información, materiais e demáis,... ¿Cales eran as dificultades máis grandes ás que vos enfrentábades daquela á hora de observar e estudar o medio natural?

R- Pues tengo que contestarte que ninguna. Cuando llegué a Galicia con 17 años al día siguiente ya estaba por los montes en compañía de Manolo Cantaogalo, José de Nacemento y Tino, el carnicero de Poio. Yo cazaba con ellos, a rabo de perro, los pocos conejos que nos daba Galicia. La caza se dejaba en casa de Cantaogalo porque era la única proteína que se veía en aquella casa tan pobre. Fueron unos amigos extraordinarios que me abrieron las puertas de una Galicia eminentemente rural y auténtica (según visión de la época).

En mi segunda estancia en Galicia trabajé haciendo topografía por toda la provincia de Pontevedra. Levantamos los perfiles de la línea eléctrica, a veces de muchos kilómetros, lo que nos permitía explorar caminos que nadie había pisado seguramente desde que se hizo Galicia. En estos contactos con la naturaleza, sólo encontré amigos y buena gente, siempre dispuesta a invitar a una taza de vino “hecho en casa y sin química”.

En el trazado de la línea de Anzo a Villadecruces fui seguido por un lobo durante un largo cuarto de hora. Ahí aprendí lo que son los pelos de punta y la piel de gallina. Sería hoy, cuarenta años después, capaz de identificar el olor a lobo, el olor a carroña, pues se revuelcan en ella para disimular el suyo. Vivíamos de hospedaje en casa de un paisano (con una hija guapísima, que con el calor del campo y el verdor del monte, despertaba en los topógrafos algo así como el celo de un caballo). Resultó que mi persecutora era una loba parida que tenía la cría cerca de dónde hice la estación final de aquel día con el teodolito. Me acompañó en aquel crepúsculo hasta que abandoné su territorio y se debió de quedar tranquila.

Resumen, que me iba por los cerros de Lalín: la loba se comportó, y todos cuantos he tratado en el campo me han concedido el privilegio de considerarme un igual, y por eso nunca he tenido problemas con ellos.

P- Iso si, daquela aínda se conservaban espazos naturais de enorme interés. Se non recordo mal, chegaches a coñecer a mismísima Lagoa de Antela e certos bosques de Ancares hoxe desaparecidos. 

R- Bueno, Antela la crucé en coche dos veces en el año 50 en un viaje de ida y vuelta de Madrid a Pontevedra. Desde el alto de ¿Sandiás? se veía entero el cuenco lacustre: una mar desparramada por la enorme planicie. Tal y únicamente fue mi contacto con la Antela, “la laguna del Olvido” aunque jamás olvidaré aquella visión.

¿Ancares? Seguramente en Ancares he llegado a estar sólo en su inmensa inmensidad. Las pallozas estaban operativas y en la de Esperanza Martínez , en Piornedo, pasé muy buenos ratos comiendo fideos con leche y parrafeando con los vecinos. Estaba allí el bocio endémico, que yo conocía por ser bromatólogo. Quizá el primero en denunciarlo en la prensa fui yo. Los políticos de turno se lo apropiaron y lo llevaron a Las Cortes. La sal yodada vino a poner remedio a aquella terrible enfermedad carencial. Una vez yendo con el marido de Esperanza por el monte nos sobrevoló un pájaro negro y enorme como un meteoro: era el macho urogallo, que luego oíamos, muy cerca su toc, toc en el cantadero. 

Alguna vez viví en casa de Fino Digón, en ¿Prado? Este viejo y experimentado furtivo fue convertido en el Guarda Mayor de Ancares. Su paso a este lado de la ley fue perfecto. Una gran persona. 

P- Na miña opinión, a destrución da natureza acadou na segunda metade do século vinte un ritmo sen parangón na historia moderna. En Europa, no Amazonas, na Antártida e mesmo nos países en vías de desarrollo. ¿Tan incompatíbeis son "progreso" e "conservación"? 

R- Decía el coruñés Wenceslao Fernández Flores, el de la fraga de Cecebre y el mejor escritor que dio el siglo XX a mi juicio, que un “pesimista es un optimista bien informado”. 

Yo en esto de la conservación de la naturaleza soy un recalcitrante pesimista. El problema transciende al localismo de la desaparición de una especie o a un incendio forestal determinado. Es algo global, ecuménico: es que el Planeta no fue concebido para soportar la contaminación y las agresiones que padece. Y ahora que llevamos casi un siglo de paz, con la gente feliz de acceder al consumo creciente ¿es que los políticos de asco que tenemos (sean quienes sean) van a cambiar la rebatiña de votos que justifica sus choriceos y mentiras, por contar la verdad y tratar de convencer a la masa de que este tipo de sociedad no puede garantizar la supervivencia en unos pocos años, y que sobran coches, residuos, plásticos, y demás mierda galopante? Es fácil comprender que, con los criterios vigentes, es imposible una regeneración de la naturaleza. 

P- Qué persoas marcaron en tí a maior influencia nos teus inicios de campo. ¿Tés algún recordo especial dos teus primeiros compañeiros de naturalismo?

R- El hombre no puede estar solo. Yo no sabría nada de Galicia de no ser por aquellos amigos cazadores y pescadores. En el campo de la naturaleza reconozco el magisterio de colegas como Felipe Bárcena, Estanislao Fernández de la Cigoña, Mario Rafael, con los que pasé muchas jornadas de campo navegando en la cafetera que tenía Estanislao por las islas Cíes y Ons y el archipiélago de Sálvora; con Mario Rafael yendo en piragua a anillar limícolas por la noche en los islotes de Touría y Marma en la Ensenada do Grove. Con Felipe cantidad de días de patearnos la Limia, las Gándaras de Budiño, el Miño. 

Tampoco puedo olvidar a Xan Rodríguez silvar y a Andrés Bermejo, que eran unos rapaces pero sabían ya mucho de bichos. Mis excursiones con ellos a las Sisargas (y con otros más) son capítulos de mi vida que guardo cariñosamente. ¿Se puede olvidar a Maribel, la moza de Xan, embarazada de 8 meses, pateando los cantiles de la Sisarga Grande sin la menor concesión al vértigo? 

P- És membro da SGHN e da SEO. ¿Qué opinas da situación actual nas organizacións adicadas ao estudo e defensa da natureza? ¿Botas algo en falta?

R- No, han mejorado sensiblemente, quizá porque la unión hace la fuerza y aquellos cuatro chalados que teníamos la cabeza llena de pájaros hoy sois una legión de jóvenes que emanáis calidad por cualquier sitio que paséis. 

Buena prueba del latir de la SGHN son los múltiples mensajes que recibimos sobre los casos más interesantes de la naturaleza en peligro. El propio Museo de Ferrol, es un índice de que nunca como hasta ahora había estado tan viva una agrupación de naturalistas. 

Podría resumir diciendo que agradecería que mis hijos (tengo alguno ya de 47 años) de no ser tan cojonudos como son, se pareciesen a cualquiera de vosotros.



P- Creo que agora estás máis centrado na túa faceta como escritor ¿Botas de menos o traballo de campo?

R- Pues sí. Estoy muy metido en la escritura y la lectura. Ando entremanos con dos libros ya terminados en busca de editor, que no me resigno a que sea malo y que estos libros se queden arrumbados en un par de librerías de rutina. Uno de ellos 50% gallego y el otro la galleguidad hecha letra al 100% 

De todas formas en cuanto puedo salgo al campo, aunque el tono haya cambiado: en 2012 estuve en las selvas de Tailandia/ Birmania, en abril en el desierto tras el Atlas en Marruecos, y hace un par de días que he regresado del delta del Danubio, siguiendo las nidificaciones de aves acuáticas y prospectando anfibios y reptiles. José en el Paraíso terrenal. En preparación tenemos El Pantanal en Brasil y el río Negro para terminar navegando por el Amazonas a fin de este año. Vamos cuatro o cinco amigos y alguna amiga que en su entusiasmo por la naturaleza me dejan corto. 

Os tengo que aclarar que lo mío es una permanente lucha entre el sillón que se empeña en ponerme horizontal y mi vena naturalista que me ordena: levántate y anda. 

P- Desde sempre existe unha conflictividade entre cazadores e ecoloxistas/naturalistas debido ás diferentes formas de ver a xestión da natureza e, en concreto, das especies cinexéticas. ¿Que opinas sobre este tema? Ambos colectivos, ¿están condeados a entenderse? ¿Poden traballar xuntos a prol dun media natural mellor conservado?

R- Sí, no tienen más remedio que trabajar juntos. Hoy no se concibe el uno sin el otro. Yo dejé la escopeta hará más de treinta años, pero nunca he ocultado mi procedencia de la caza. Tenéis a mi amigo Pepe Rial en Pontevedra, un ejemplo de lo que debe ser un cazador de ley. La ética y la estética son sus armas. Debido a su comportamiento tan pulcro era desde hace muchos años Guarda Honorario de Caza, con facultad de corregir y denunciar a los infractores, aunque con sus dotes de persuasión y don de gentes no le hizo falta nunca llegar a esos extremos. Y estoy seguro de que algunos como Pepe haylos en Galicia. Aunque aún haya otros pocos (quisiera creer que son pocos) que no han comprendido que cazar un conejo o una perdiz, susceptibles de fabricarse en granjas, es el límite que deben imponerse en sus salidas al campo.

Pero hay que ir poco a poco convenciendo a unos y a otros, dando ejemplo de que participamos de la armonía de la naturaleza que pretendemos defender, el ecologista chulo, vocinglero y faltón tampoco tiene cabida en los tiempos que corren.

El combate, nuestro combate lo vamos ganando nosotros.

Aún me queda una posdata en el pañol de la obligada cortesía que merecéis: buenas noches, un fuerte abrazo a todos y gracias por leerme. Y a Xabi Prieto, motor de estas parrafadas, chapó, amigo.

10 comentarios:

  1. Estupenda entrevista. Sempre se aprende escoitando a persoas así. E ademáis, resulta entrañable. Noraboa Xabi.

    ResponderEliminar
  2. Graciñas, Quique. A falta dunha maior homenaxe, polo menos que esta pequena entrevista serva para agradecerlle todo o que fixo pola divulgación da natureza.
    Unha aperta.

    ResponderEliminar
  3. Parabéns pola entrevista meu!!!

    Apertas,
    Damián

    ResponderEliminar
  4. A ti Damián, polo comentario. Xa sabes que ésta será sempre a túa casa.
    "Un abrazo" (non sei cómo se dí en holandés)

    ResponderEliminar
  5. Moitas grazas por esta interesantísima entrevista. Grazas a Curt polas suas ensinanzas e a ti, Xabi, por achegárnolo. Dende logo, un exemplo para todos nós.

    Apertas,

    Juan

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Olá Juan. A verdade é que non sabía moi ben qué preguntarlle. Surden tantas cousas cando estás cunha persoa así.....
      E esquecín comentar que Martiño axudoume a perfilar mellor as preguntas. Aproveito a "coyuntura" para darlle as grazas. Por iso e por todo o que está traballando para manter este proxecto.
      Unha aperta

      Eliminar
  6. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  7. Ola Xabi

    Traio aquí unha parte do último correo que recibín de Elíseo Fernández Vidal:

    “...Curt es figura irrepetible, para mí el mejor y más ameno conocedor y divulgador de la fauna gallega (mariposas aparte a las que sólo les dedicó unas tiras en la Voz de Galicia para las que me consultó a menudo y me puso en ellas por las nubes), amén del pionero. Gran persona, amenísimo. He intentado poner un comentario pero en esto soy neófito y un trasto, no he podido, así que felicita de mi parte a tu amigo por la entrevista que de lo único que puedo achacarle es de que no fuera mucho más larga. Curt da para todo lo que quieras y mucho más. He perdido estos últimos años el contacto con él más por vagancia que por otra cosa. Yo le dediqué la Lycaena hippothoe curti...
    de la que le debo unos ejemplares. Creo que ya es hora de volver, una vez más, a leerme sus libros, es saludable. ¡Larga vida amigo!”

    Bon traballo, Xabi. hai que seguir.
    Saúdos.

    ResponderEliminar
  8. Perdón polo retraso na contestación (ando practicando a fotografía co novo xoguete que merquei e teño Biodiversidade un pouco abandoada).

    Graciñas a todos vós, de verdade. Eu síntome só un mero transmisor, que tiven a sorte de estar con el, logo de moitos anos de telo como referencia. Repito que hai tantas cousas para preguntarlle que te bloqueas. A mín encantaríame que nos contara historias de África (asegúrovos que son flipantes) ou mesmo de caza, pero preferín facer a entrevista curta, para facilitar a súa lectura.

    De novo grazas a ti Xisbe, e dalle tamén as grazas a Eliseo da miña parte, se non pode ler isto.

    ResponderEliminar